Resulta evidente que solo se pueden reparar lunas laminadas, puesto que las lunas templadas cuando se rompen se fragmenten en trozos pequeños.
A efectos de reparación, la normativa considera faltas leves los daños, siempre que:
- La alteración afecte únicamente a la cara externa del vidrio.
- Ningún punto de impacto supere los 5 mm de diámetro.
- La longitud de la mayor fisura no supere los siguientes valores:
- Vehículos ligeros, daño no reparado (50 mm).
- Vehículos ligeros, daño reparado (150 mm).
- Vehículos pesados, daño no reparado (150 mm).
- Vehículos pesados, daño no reparado (400 mm).
Los daños quedarán fuera de la zona de visión enfrentada al conductor. Esta zona estará delimitada sobre el parabrisas mediante una franja vertical de 30 cm de ancho, enmarcada por el campo de barrido del limpiaparabrisas y centrada en el eje del volante.
Aparte de las restricciones legales, la reparación de las lunas no es muy recomendable en los siguientes casos:
- Tamaño excesivo del área a reparar (> 40 mm).
- Roturas con numerosas grietas.
- Imposibilidad de limpiar totalmente la zona a reparar.
- Cuando el impacto alcance a la lámina plástica.
- No deben coincidir nunca los daños interiores con los exteriores.
- No deben repararse las fisuras que no tengan punto de impacto o que salgan fuera del borde de la luna.
En todos los casos en que sea posible técnica y legakmente, la reparación mediante inyección de resina mejorará el parabrisas tanto a nivel estético como estructural.
IDENTIFICACIÓN DE LOS DAÑOS EN EL PARABRISAS:
Los tipos de roturas más habituales son:
A. Ojo de buey: este tipo de rotura se caracteriza principalmente por la ausencia de grietas.
B. Rotura en estrella: es necesaria mucha paciencia para conseguir que la resina rellene todas las fisuras.
C. Ala de abeja: esta rotura es similar a la rotura en estrella, con la característica de que algunas o todas las fisuras presenten salientes.
D. Media luna: El aspecto de la rotura es muy similar al ojo de buey, pero la rotura puede ser impermeable; siendo imprescindible taladrar el vidrio para conseguir introducir la resina.
E. Hoja de trébol: La rotura es igual a la de media luna u ojo de buey, con la única diferencia que el impacto contra la luna puede haber ocasionado la separación entre la lámina de PVB y el vidrio.
F. Rotura combinada: es una rotura que presenta más de un tipo genérico de daño.
Una vez producido el daño, conviene aislar la rotura mediante un plástico adhesivo, para evitar que se introduzca en la misma cualquier tipo de suciedad que pueda dificultar una óptima reparación posterior.
EQUIPO DE REPARACIÓN:
Aunque hay una gran variedad de equipos para la reparación de lunas laminadas, en general, tienen un funcionamiento similar. Los elementos que suelen incorporar estos equipos son:
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